Desde hace más de 5.000 años el ajo ha sido valorado por sus propiedades curativas y por su capacidad para aumentar la fuerza y la energía del cuerpo. Se dice que quienes construyeron las pirámides de Egipto consumían ajo para tonificarse luego del arduo día trabajo. Hoy en día el ajo se utiliza para prevenir enfermedades del corazón, apoplejía e hipertensión. Sus aceites esenciales y demás componentes tienen fuertes propiedades antibióticas y antivirales y previene también los hongos.
Es fácil obtener los beneficios medicinales del ajo ya que es un rico ingrediente en muchos platos de comidas. Se utiliza en las carnes, verduras o en ensaladas. Puede preparar un aderezo con ajo machacado y aceite o encurtir dientes de ajo para utilizarlo como condimento. El ungüento de ajo alivia la neuralgia, dolores de articulaciones, esguinces, callos y afecciones de la piel.
El azufre que contienen sus aceites esenciales convierte al ajo en un potente desinfectante y una buena protección contra los gérmenes. Al ingerirlo el ajo se absorbe, pasa al torrente sanguíneo y de ahí a los diferentes órganos. De esta manera la piel, los intestinos, los pulmones y el sistema urinario se benefician de sus propiedades medicinales. La alicina, principal ingrediente activo de los aceites esenciales del ajo, es el compuesto responsable del característico olor del ajo y también le da la mayoría de sus propiedades curativas. Además el ajo contiene calcio, selenio, potasio y cinc.
El ajo puede ser usado para las siguientes condiciones:
Para las enfermedades cardiacas y apoplejía: El ajo reduce los niveles de LDL lo cual se conoce como el colesterol malo y sube el HDL que es el colesterol bueno, ayudando así a prevenir la acumulación de las plaquetas en las arterias coronarias y los coágulos. Esto protege contra los ataques cardiacos y apoplejía.
Para molestias intestinales: Las propiedades curativas del ajo se han utilizado para tratar las ulceras. Para obtener mejores resultados coma 7-8 dientes de ajo al día con leche o untados en pan. Este tratamiento no se recomienda para mujeres lactando o que estén embarazadas.
Para las infecciones: Para el pie de atleta, verrugas, infecciones de la piel y el acne, ponga un ajo recién prensado en una gasa y frote el área afectada.
Para el catarro: El ajo fresco mezclado con miel es un remedio eficaz para el catarro, la ronquera y la inflamación de la garganta. Pique una onza de ajo en un procesador de alimento o en una prensa de ajo y añada una taza de miel. Guárdelo en un lugar fresco y déjelo reposar una hora para que los aceites esenciales se mezclen con la miel. Al primer síntoma de catarro tome 1 – 2 cucharaditas de la mezcla y repita la dosis cada hora. Este remedio es eficaz también para catarros fuertes con congestión de pecho y tos.
Comer el ajo en cantidades exageradas puede causar mal aliento y un fuerte olor corporal porque los aceites esenciales se eliminan a través de la piel y el sistema respiratorio. Para contrarrestar esto mastique tomillo, perejil o menta inmediatamente después de comer ajo.