Cesárea

La OMS, estima que la tasa de cesáreas entre todos los nacimientos en los países desarrollados está entre 10% y 15%, comparado con cerca de 20% en el reino unido y 23% en estados unidos.

Muchas madres piensan que al momento de dar a luz no tendrán ninguna complicación que el parto se trata solo de algunas contracciones, unos cuantos pujos y listo, ya habrá nacido un hermoso bebé; sin embargo, esto no siempre sucede de esta manera. Lo cierto es, que cuando por alguna razón el parto vaginal no se puede llevar a cabo, debe practicarse una técnica que consiste en realizar una cirugía para extraer al bebé y a la placenta del útero materno: la cesárea.
Aunque decidas tener a tu bebé por parto vaginal, es importante que conozcas los pormenores que se esconden detrás de las cesáreas, pues algunas se practican de forma imprevista, cuando no existen otras opciones para preservar las vidas del niño y de la madre.

Razones para realizar una cesárea:
• Si el bebé está en una posición inadecuada, por ejemplo, de nalgas o transversal.
• Cuando el bebé tiene algún defecto congénito grave.
• En caso de que la madre presente algún problema con su placenta.
• Si la madre sufre de alguna patología que afecte su corazón, hipertensión o diabetes.
• Madres mayores de 40 años.
• Si la gestante presenta herpes genitales o alguna otra enfermedad que podría infectar al bebé si nace por vía vaginal.
• Cuando existen embarazos múltiples (más de un bebé).
• El trabajo de parto no progresa.
• La cabeza o el cuerpo del bebé superan las medidas promedio.

Procedimiento para realizar una cesárea
Generalmente se emplea el uso de anestesia epidural lo que le permitirá a la mujer estar despierta durante el parto, pero con una parte de su cuerpo “dormida” (desde el pecho hacia las piernas). La anestesia general se usa en muy raras ocasiones. En algunos casos se permite la permanencia del padre en la sala de cirugías, siempre y cuando cuente con la vestimenta quirúrgica adecuada.
Una vez que la mujer está anestesiada se procede con la realización de la incisión, que puede ser de forma vertical u horizontal, por encima de la línea de nacimiento del vello púbico. Posteriormente, se separan los músculos con suavidad y una vez que el médico llega al útero realiza otra incisión para proceder a sacar al bebé. La madre podrá verlo y el personal asistencial se encargará de atenderlo mientras termina la intervención.

Recuperación
Como en muchas otras cirugías, pueden presentarse molestias y dolor en el postoperatorio, y la recuperación es mucho más prolongada que en los partos vaginales. Las mujeres que han sido sometidas a una cesárea pueden necesitar tres o cuatro días de hospitalización.
Se les recomienda que se levanten de la cama con ayuda después de 6 u 8 horas o, en su defecto, a la mañana siguiente después de la intervención. En los casos donde haya muchos dolores es necesaria la administración de algunos calmantes y el médico será el encargado de prescribirlos.
Durante los primeros días la madre se sentirá cansada, con dolor en la incisión, retorcijones, problemas de estreñimiento y puede presentar dificultades para levantar al bebé. Debe evitar realizar esfuerzos como levantar objetos pesados y abstenerse de tener relaciones sexuales mientras dura el período de cuarentena.

Tipos de cesáreas
Las cesáreas involucran una incisión en la pared abdominal de la mujer gestante. En líneas generales se les considera como un método seguro; no obstante, conlleva algunos riesgos y, además el período de recuperación posterior al parto es mucho más largo. Esta intervención se divide en dos grupos:
• Programadas. Es una decisión tomada con antelación, lo que permite programar la hora y la fecha de la intervención. En este caso las mujeres pueden prepararse emocional y mentalmente para ese momento.
• Por Emergencia. Implica la resolución urgente e imprevista de un problema que se presenta en pleno trabajo de parto.

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