Puede que no cause ningún efecto nocivo a la salud por si mismo y en realidad no se denomina enfermedad, pero el colesterol malo combinado con otros factores como la obesidad, el tabaquismo y la inactividad aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.
¿Qué es el colesterol malo?
El colesterol alto es un nivel de colesterol demasiado alto. Aproximadamente el 75% del colesterol de nuestro cuerpo es producido por nuestro hígado y la comida proporciona el resto. También es interesante saber que existen dos tipos de colesterol en nuestro organismo:
Colesterol LDL, llamado colesterol malo, que se acumula en nuestras arterias cuando está en exceso. El colesterol HDL, conocido como colesterol bueno, devuelve el exceso de colesterol al hígado para su eliminación.
Cuando hablamos en general de demasiado colesterol, también lo es el colesterol LDL.
Cuidado con la grasa
En general, la primera regla a seguir para reducir el colesterol es reducir la ingesta total de grasas. Las grasas no deben exceder más del 35% de nuestra ingesta energética total.
Se deben evitar las grasas trans porque ayudan a aumentar el colesterol total y el colesterol LDL. Tenga cuidado y lea atentamente la lista de ingredientes. Trans, hidrogenado, parcialmente hidrogenado son sinónimos que se deben evitar.
Las grasas saturadas también son una familia de grasas que hay que limitar. Son fáciles de reconocer porque son sólidos a temperatura ambiente. También se encuentran en carnes, productos lácteos y repostería.
También debemos limitar el colesterol dietético que se encuentra en las grasas animales (mantequilla, queso, carne) así como en las vísceras y las yemas de huevo.
Es interesante centrarse en ciertas grasas que tienen una alta proporción de colesterol HDL bueno. Estas son grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Puede pensar en aceite de oliva, aceites vegetales, nueces y semillas.
Otros aspectos a integrar
La fibra ayuda a reducir el colesterol malo. También son conocidos por sus efectos positivos sobre el tránsito intestinal, la prevención de enfermedades cardiovasculares, la prevención del cáncer, el control del azúcar en sangre y el control del peso. La fibra se encuentra en frutas, verduras y cereales integrales.
Los esteroles que se encuentran en productos vegetales como el aceite de colza, frutos secos y semillas son un compuesto interesante que, con una estructura química casi idéntica al colesterol, ocupa su lugar y dificulta la absorción del colesterol. que luego se elimina. Algunos alimentos como las margarinas están fortificados con esteroles.
En conclusión, si bien la dieta ya es un excelente punto de partida para reducir con éxito el colesterol, no es la única solución. Mantenerse activo, estar activo y dejar de fumar también ayuda a mantener los niveles de colesterol normales.