Conforme pasa el tiempo, vamos obteniendo más y más información acerca del papel que juega la flora intestinal en el mantenimiento de la salud en general.
La buena noticia es que esta es un área del cuerpo en la que se puede ejercer un gran control. Su dieta puede alterar rápidamente la composición de la flora intestinal. Los alimentos procesados ??con alto contenido de azúcar y aditivos químicos y bajos en nutrientes generan un incremento de las bacterias perjudiciales para la flora intestinal.
La investigación también ha demostrado que la flora intestinal tiene un impacto significativo en la expresión génica, tales como los genes responsables de la biosíntesis y el metabolismo de la vitamina.
Se ha descubierto que los probióticos influyen en la actividad de cientos de genes, ayudandolos a expresarse de una manera postivia y a luchar contra las enfermedades, algunas de las cuales insiden en el cuerpo de una manera parecida a los efectos curativos de ciertos medicamentos.
Un estudio reciente publicado en la revista Natureiii aseguró que: “las comunidades microbianas del intestino representan una fuente de diversidad genética y metabólica humana. ” Según los autores :
“Examinar cómo microbioma intestinal difieren entre las poblaciones humanas es clave, aquí caracterizamos especies bacterianas en las muestras de heces de 531 individuos, más el contenido de genes de 110 de ellos. La cohorte incluía niños y adultos sanos desde el Amazonas de Venezuela , Malawi rural y de áreas metropolitanas de EE.UU. e incluyó gemelos mono y dicigóticos.
Se identificaron las características comunes de la maduración funcional del microbioma intestinal durante los tres primeros años de vida en las tres poblaciones, incluidos los cambios asociados con la edad en los genes implicados en la biosíntesis de la vitamina y el metabolismo.
No se observaron diferencias pronunciadas en ensambles bacterianos y repertorios funcionales de genes entre los residentes de Estados Unidos y los de los otros dos países. Estas características son evidentes en la primera infancia, así como la edad adulta. Nuestros resultados ponen de relieve la necesidad de considerar el microbioma a la hora de evaluar el desarrollo humano, las necesidades nutricionales, las variaciones fisiológicas y el impacto de la occidentalización” .
Los niños que nacieron con la flora intestinal severamente dañada no sólo son más susceptibles a padecer enfermedades.
Las consecuencias para la salud de esta variación en las bacterias intestinales adquiridas desde el nacimiento es exactamente lo que arroja la investigación de la Dra. Natasha Campbell-McBride Su investigación muestra que hay una profunda interacción dinámica entre el intestino, el cerebro y el sistema inmunológico, a partir del nacimiento. Ella ha desarrollado lo que podría ser una de las estrategias de tratamiento más profundamente importantes para una amplia gama de trastornos neurológicos, psicológicos y trastornos autoinmunes, todos los cuales están fuertemente influenciados por la salud intestinal. Uno de ellos es el autismo.
La composición de la flora intestinal es transmitida de la madre al niño. La Dra. Natasha Campbell-McBride remarca en su estudio:
“Lo que veo en las familias de los niños autistas es que el 100 por ciento de las madres de los niños autistas tienen una flora intestinal anormal y problemas de salud relacionados con esto. Pero entonces miro a abuelas del lado de la madre, y parece que las abuelas también tienen flora intestinal anormal, pero mucho más suave “.