
Transforma las proteínas, las grasas y los azúcares para que puedan ser utilizados por nuestros órganos y tejidos.
Elabora la bilis que en parte se almacena en la vesícula biliar.
Fabrica la hemoglobina y otras sustancias imprescindibles para la sangre.
Produce la materia prima necesaria para la formación de los anticuerpos, que son los que eliminan los virus.
Elabora las globulinas, que también participan del sistema defensivo.
Y como si esto fuera poco, se encarga de neutralizar toda sustancia tóxica, venenosa, nociva para nuestro organismo.